La llegada del momento en el que su familiar mayor ya no lo reconoce debido a su etapa avanzada de Alzheimer, puede ser muy doloroso. Entendemos su sentir, pero lo que nunca debe olvidar es que para su padre o madre usted sigue siendo “Su niña”, “Su amor”, “Su niño”; además, ellos seguirán necesitando apoyo y afecto de su parte, por lo que ante cualquier situación, hágalo sentir amado.
Si su familiar mayor comienza a desconocerlo, usted puede seguir alguna de nuestras recomendaciones, las cuales, lo harán disfrutar más de su compañía, y lo hará sentir cómodo y seguro.
- Acepte la situación. Sabemos que es el punto más difícil, pues es una situación dolorosa. Evite sentir frustración, ya que las personas con demencia son un espejo de emociones: si a usted lo nota triste, él se sentirá así también.
- Llénelo de besos y abrazos. Su familiar aunque no lo reconozca, si podrá sentir que hay un rostro amable que cuando llega lo llena de amor.
- Dense la oportunidad de conocerse una y otra vez. Llegue y preséntese con su padre o madre, deje que él se presente con usted; platiquen de lo que les gusta, escuche las historias que su familiar recuerde. Verá que ambos podrán pasar un momento muy feliz.
- Recíbalo siempre con una sonrisa. El no reconocer los rostros que le rodean puede provocarle mucha ansiedad a las personas con Alzheimer, por ello, recíbalo con amabilidad y una sonrisa en el rostro. Eso lo hará sentir confiado y seguro.
Cosas que debe evitar:
- Preguntarle si recuerda su nombre. Esto lo hará sentirse confundido, lo que puede provocarle ansiedad. Si su familiar le cambia el nombre, no se moleste, y mucho menos piense que no lo quiere. Deje que su ser querido lo llame como quiera, Ana, Nicolás, María, Ricardo… recuerde, el nombre no importa, si no los sentimientos que persisten en su corazón.
- No deje de visitar a su familiar. Evite pensamientos del tipo: “Si ya no me reconoce, ¿para qué ir a visitarlo? Su ser querido está pasando por una etapa muy difícil, y lo que más necesita es la compañía de su familia.
- No le insista en que recuerde que es su padre o madre. Al igual que el nombre, lo importante es que su familiar sepa que cuando vea su rostro o escuche su voz, podrá sentirse seguro; será consentido y cuidado. No frecuentarlos podría desatar sentimiento como ira o tristeza, pudiendo provocarle algún tipo de depresión.
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